ZARAGOZA EN TIEMPOS DEL QUIJOTE

Todos los alumnos de 4º de ESO del Colegio San Vicente de Paúl de Zaragoza,  realizamos una ruta para conocer nuestra ciudad a través de los ojos de Don Quijote. Tuvimos la suerte de visitar algunos de los lugares en que hubiera estado Don Quijote, si hubiera visitado Zaragoza.

 

Comenzamos por un edificio muy conocido en la época, el Convento de Santo Domingo (donde residía el Tribunal de la Inquisición), actual Biblioteca del Agua, situada en el Paseo Echegaray y Caballero. Lo primero que vimos fue el refectorio, donde comían los monjes, con un techo de bóvedas de crucería. Allí, se sentaban y mientras comían, por turnos leían la Biblia. Luego, abajo, vimos las cillas o bodegas, con paredes de ladrillo, donde se guardaban los suministros.  En este punto, nos explicaron cómo Don Quijote se iba imaginando cosas que no eran reales: su nombramiento como caballero andante, la lucha con los molinos, el ataque a los rebaños…

 

 ¡Ah! Importante decir que Don Quijote habría entrado por la puerta de Sancho, situada al final de la c/ Predicadores. Este era el lugar de entrada a la ciudad para un viajero que en tiempos de Don Quijote llegara a Zaragoza, ciudad de unos treinta o cuarenta mil habitantes, famosa por el gran número de monasterios e iglesias. Seguidamente, nos dirigimos a la C/ Aguadores y a la C/ Armas que toman su nombre de los gremios que trabajaba allí y a la C/ Predicadores, que se llama así porque había muchos monjes predicando. Vimos desde fuera, el Palacio de los Duques de Villahermosa, parecido al de los duques que engañan y ridiculizan a don Quijote y a Sancho en la segunda parte de la novela. Hoy en día es un colegio, pero antes fue cárcel y psiquiátrico. Nos explicaron cómo era la sociedad de la época, cómo las personas más ricas tenían casas con el alero más grande y decorado o quién vivía  en los pisos más bajos.

 

A continuación, pasamos por el  estrecho callejón del Sacramento, por donde llevaban a los presos que iban a matar para ridiculizarlos y llegamos a la plaza Mariano de Cavia. Nos sentamos y hablamos sobre el comportamiento de la sociedad de antes respecto a la de ahora. Nos pusieron en la situación de que si Don Quijote viniera ahora y nos contara sus hazañas, lo trataríamos de loco aunque sólo pensara en ayudar a los demás.

 

Por último, vimos  un palacio situado en la c/ Armas, actual Escuela de Música y Danza. Nos contaron que las puertas eran muy grandes para que pasaran bien los caballos y los carros. Vimos el patio y subimos a la segunda planta con bonitos arcos decorados en las puertas. Allí intentamos solucionar los casos que los Duques le proponen a Sancho Panza como gobernante de la ínsula de Barataria. Tenemos que reconocer que si hubiéramos estado en su situación, no habríamos conseguido hacer un juicio justo y no hubiéramos resuelto esos problemas.

 

Al final, nos revelaron el enigma por el cual Don Quijote no vino a Zaragoza. Esto sucedió debido al plagio de la segunda parte de la obra por un autor conocido como “Avellaneda”. En su falso relato incluyó a Don quijote en Zaragoza y Cervantes, para demostrar que este era un libro falso, cambió esto y directamente lo llevó  a Barcelona.

 

Fue una visita diferente, que a nosotros particularmente nos gustó mucho. Conocimos la Zaragoza en  tiempos de Don Quijote.

 

4º de la ESO